LILIANA JIMENEZ
Morelia, Michoacán.- En Michoacán, más de seis mil perros y gatos mueren al año por envenenamiento, la mayoría cae víctima de plaguicidas y cebos contaminados que se venden sin control, convirtiéndolo en un biocidio silencioso, situación por la que, organizaciones protectoras de animales unidas en un solo frente, han exigido a la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) prohibir la venta indiscriminada de estos productos tóxicos.
Son más de 30 organizaciones que han solicitado formalmente
a la SSM la prohibición de venta indiscriminada de plaguicidas.
El oficio fue entregado también a la Comisión Estatal para
la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS), dirigido al comisionado
Hebert Israel Flores Leal, con el objetivo de detener el expendio de estos
productos en tiendas de abarrotes, forrajeras, ferreterías y locales de
limpieza, muchos de los cuales carecen de registro sanitario.
El documento fue promovido por la Unión de Asociaciones y
Rescatistas de Uruapan UARUPAN A.C., colectivo que agrupa a más de treinta
organizaciones, y expone que al mes mueren al menos 500 animales en todo el
Estado por estas causas.
Yadira Escobar, representante de UARUPAN, denunció que en
Uruapan se ha registrado un incremento de hasta 200 por ciento en los casos de
envenenamiento de animales, lo cual representa un peligro no solo para la fauna
urbana y doméstica, sino también para los propios habitantes.
La solicitud también exige operativos de inspección y
sanciones administrativas o penales a establecimientos que vendan plaguicidas
sin autorización oficial.
Carlos Maya Cordero, de la Asociación de Abogados
Animalistas de México, fue enfático: “Los envenenamientos masivos son
cotidianos. Es necesario investigar de dónde salen estos venenos y quién los
distribuye”.
Recordó que el artículo 309 del Código Penal de Michoacán
castiga el delito de crueldad animal con hasta 4 años de prisión, ampliables
hasta 6 años si hay agravantes.
Pero señaló que la impunidad es generalizada: “Los casos
rara vez se investigan porque el veneno se lanza en lo oculto, a escondidas, y
no hay voluntad real para sancionar”.
Expuso que la denuncia también se apoya en casos
emblemáticos, como el de Athos y Tango, perros rescatistas en Querétaro
envenenados por un vecino que no toleraba su presencia.
“Murieron por ser famosos, por entrenar en el parque”,
lamentó Maya al recordar que este caso escaló hasta la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN).
Yadira Escobar también rememoró el caso de un niño que murió
en Uruapan tras ingerir raticida, lo que evidencia el riesgo para los humanos.